Cuando Raúl Covisa me trajo a Andrea al SiriaFest, y nos conocimos, no podía imaginarme la bonita amistad que nos iba a unir.

Llevo varias semanas pasándome por el taller artístico que ha creado Andrea llamado La Lambrera, y que está detrás de mi casa, en la calle Covarrubias. Se trata de un espacio artístico en donde la gente con inquietudes que normalmente se ven poco satisfechas en la ciudad imperial, pueden ver satisfechas sus necesidades en distintos talleres que van cambiando cada mes, cada semana, o hasta cada día. ¡Y pueden entrar animales!

Hace unos días hablamos de hacer una fiesta de inauguración, con la navidad, hacer regalos sorpresa, decorar el local, llevar algo de comer y de beber; y hacer un pequeño concierto en acústico con mi tocayo Kike San. Al final nos preparamos 3 canciones de cada uno, para siempre tener a otro tipo detrás haciéndonos coros y un acompañamiento rítmico.

Al final tuvimos mucho más compalamiento del que planeamos: Sslamente vino gente bonita (y os aseguro que estaba a reventar), a cantar y a sumar.

¡Así da gusto!

Los amigos de Compact Cheese cubrieron la noticia aquí mismo.

La primera vez que fui a tocar a Cuenca, en el Cerro de Casa Maty, me encontré con la grata sorpresa de que allí tenían un amigo que de vez en cuando les hacía la cartelera de sus actuaciones. A mi me tocó ser un flaco con su guitarra, tocando la guitarra reclinado sobre un buen tablón de madera. 

Borja Chacón, conocido como El Chak en el mundo del dibujo, el diseño y la ilustración, fue el creador del bonito dibujo, aunque a mi esa estética ya me sonaba del disco de Manu Clavijo (después descubrí que de otro más).

El caso es que el tío acaba de inaugurar una exposición con una selección de estos carteles ilustrados. Imagina mi sorpresa al encontrarme dibujado entre Pedro Pastor, Mundo Chillón, Manu Clavijo, El Kanka, Alpargata..., hasta formar una colección con más de 40 obras. Los carteles estarán disponibles en La Casa Vieja de Albacete, y pasará más adelante por otras ciudades.

El Rincón es un templo para los que nos dedicamos con respeto al mundo de la canción en castellano. Así que podéis imaginar lo que impone esta pequeña cueva en la que entran 65 personas.

Allí hice el segundo bolo de Kike Calzada, y para esta ocasión quise contar con Damián Acero, un amigo multinstrumentista con el que coincidí tocando en la Chestefield hace ya unos años con Prohibido Adelantar. Nos hemos seguido la pista, y casualmente él estuvo entre el público la primera vez que canté debajo del viaducto.

Ayer lo volvimos a hacer como la primera vez, me refiero a la camaradería, a la conexión con la gente, a mirarnos, a cantar..., así es como lo debería de sentir Enrique Urquijo, y supongo que por eso le gustaba tanto venir a cantar aquí sus alegrías y sus penas.

Gracias por el chute de energía positiva, por la fuerza y por aplaudir más que nunca.

Nos volveremos a ver muy pronto, Madrid.

La maravillosa gente del Sofar con la que estuvimos trabajando en el coworking de Urban Campus - Jerónimo hace un mes, nos ha preparado esta sorpresa, para que no nos olvidemos nunca, de lo maravillosa que es la música cuando conecta con las personas.

:-)